Un circo es un espectáculo artístico, normalmente itinerante, que incluye a acróbatas, payasos, magos, adiestradores de animales y otros artistas. Es presentado en el interior de una gran carpa que cuenta con pistas y galerías de asientos para el público. Las pistas de los circos suelen ser áreas circulares donde se presentan las funciones; por consiguiente, el circo de tres pistas es considerado más atractivo por la variedad de espectáculos que se disfrutan al mismo tiempo.
El Circo represente una importante parte de la cultura humana, una noble empresa construida a lo largo de muchos siglos, prácticamente desde que el hombre empezó a registrar sus hazañas, sus descubrimientos, sus ideas, sus creencias, en fin, su cultura.
El circo contemporáneo se caracteriza por una mezcla de prácticas, de las cuales podemos destacar la música, el teatro, la pantomima, la acrobacia, la gimnasia, etc... Se trata de un modelo artístico de circo, en el que la técnica está al servicio del arte, de la expresión.
HISTORIA DEL CIRCO
La acrobacia, así como el malabarismo, el contorsionismo, y otras prácticas corporales que actualmente se asocian al universo circense, son expresiones humanas (prácticas) anteriores a los propios conceptos de Circo o de Artes del Circo.
Cabe recordar que en los orígenes de la humanidad la «cultura corporal» conformaba un todo, un núcleo común que abarcaba todas las prácticas corporales y que paulatinamente a lo largo de los siglos posteriores fue dividido en «especialidades», tales como el Circo, la Danza, la Gimnasia (deporte), el Teatro, etc. Esta «divergencia» marcó el desarrollo de cada una de estos sectores artísticos.
Nuestro primer paso por la trayectoria histórica del Circo, se remonta el legado cultural dejado por algunas de las civilizaciones antiguas, desde el lejano oriente (China, Mongolia, India, etc.), hasta el occidente próximo (Grecia, Roma, Egipto, etc.). En estas sociedades, aproximadamente 3.000 años atrás, algunas de las actividades que hoy relacionamos como parte del contenido circense, como la acrobacia, el contorsionismo o el equilibrismo, tenían una utilidad altamente relacionada con la preparación de guerreros, con los rituales religiosos y con las prácticas festivas.
De acuerdo con los antropólogos Blanchard y Cheska,la práctica de la acrobacia se remonta a la cultura mesopotámica, con un pasado de más de 3.000 años. En ese momento, el acróbata competía «consigo mismo, con las fuerzas de la naturaleza y con sus propios compañeros de tribu»
Paralelamente en China, el «arte acrobático», o simplemente la acrobacia, «tiene una historia milenaria», superior a los 2.000 años, conforme prueban los hallazgos arqueológicos.
Según los apuntes de David Marfil (2004), unas de las pruebas más antiguas del la existencia del circo es un grafiti encontrado en Egipto en la tumba de Ben Hassan con fecha aproximada de 2040 a. C.
Tal y como señalan De Blas y Mateu (2000), en el antiguo oriente (3.000 años atrás aprox.), los malabaristas y acróbatas ya viajaban juntos en troupes, utilizando todo tipo de objetos, tales como armas (instrumentos típicos de las artes marciales), juguetes infantiles (diábolo, bastón del diablo), utensilios domésticos (jarrones de porcelana), que lanzaban y recibían con diferentes partes del cuerpo, por ejemplo.
El nombre “circo” fue puesto por los griegos, denominando de este modo a todo tipo de representaciones en este formato, las cuales apuntaban directamente a una diversión popular y para toda la familia. A llegar estas compañías se conmocionaban los diferentes pueblos, disfrutando de espectáculos que combinaban diversas artes como el teatro, danza, malabarismo. Con el paso de los años se incluyeron los animales dentro de las rutinas.
Los acróbatas estuvieron presentes desde el inicio mismo de la historia del circo, siendo algo autóctono de la región mesopotámica, que luego se fue expandiendo gracias a las presentaciones circenses en diferentes zonas.
Los primeros acróbatas reconocidos surgieron en China por el año 1.100 A.C , durante la famosa dinastía Han y Song, los cuales se hicieron muy populares y llevó a que se comience a imitar esta práctica en otros países.
Por otro lado, en Grecia, los gladiadores en su búsqueda particular por demostrar gran fuerza, realizaban juegos malabares con objetos de gran porte (en su mayoría pesados), como las ruedas de los carros, por ejemplo. En la cultura griega, y en otras del mismo período, las mujeres también «malabareaban», como se puede apreciar en algunas ánforas y jarrones griegos o en los grabados de las tumbas egipcias. Además, en otras civilizaciones antiguas, como la China y otras de la América Central y del Pacífico Sur, las mujeres también participaban de este tipo de actividades, como bien ilustra el famoso caso de las islas Tonga (Pacífico Sur), donde las niñas (solamente mujeres) hacían, y todavía hacen, malabarismos con grandes nueces denominadas tui tui, y donde el éxito de su acto malabarístico tiene consecuencias sociales importantes, respecto al matrimonio, a las posibilidades de ascensión social, etc... Con los primeros viajes a América llegaron noticias de las costumbres indígenas, como en el caso de los Aztecas, especializados en el antipodismo (malabares con los pies), y los Shoshoni del Sur de California, donde los malabares hacían parte de los juegos de los niños como por ejemplo en carreras de velocidad mientras manipulaban tres pelotas.
Con todo, fueron los romanos que en la antigüedad dieron el nombre Circo a las actividades de entretenimiento, o mejor dicho, a los espectáculos públicos. Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (1992: 480), circo era «el lugar reservado entre los romanos para algunos espectáculos, especialmente para las carreras de carros y caballos. Tenía comúnmente forma de paralelogramo prolongado, redondeado en uno de sus extremos, con gradas alrededor para los espectadores». Además de las carreras, en el circo romano, los desafíos concentraban los duelos de vida y muerte, entre hombres y animales, un concepto parecido al que tenemos en la actualidad (corridas de toros).
Tras la decadencia de estas civilizaciones antiguas, principalmente las occidentales, las artes corporales (teatro gestual, danza, gimnasia y circo) se «eclipsaron», perdiendo su interés entre la población. Posteriormente, en la Europa de la Edad Media, las artes corporales empezaron a recobrar su espacio, volviendo poco a poco a la realidad ciudadana. Pero fue en el Renacimiento, cuando los artistas circenses volvieron a tomar los pueblos, las calles de muchos países europeos, ampliando el status social de dicha cultura. De acuerdo con Soares (1998: 55), el circo en el Renacimiento «deslocava os habitantes das vilas e cidades das rotinas binárias do trabalho e do descanso», consolidando en una práctica que rompía con el orden institucional, divergía del concepto utilitario y visaba sobre todo «a diversão», la risa descomprometida de la función educativa, buscando encantar y entretener el público. Era un arte del entretenimiento.
En este período las «troupes de saltimbanquis» ya incluían en sus espectáculos la música, el baile, los cuentos populares, las narraciones épicas, los títeres, además de las habilidades clásicas como la acrobacia y los malabares En este momento imperaba una forma «libre» de exploración de las posibilidades corporales. En muchos pueblos se llegaba a acoger a los artistas itinerantes, ofreciéndoles un lugar para presentar sus espectáculos, como atracción de los acontecimientos públicos importantes. De forma lenta, pero sólida, se pudieron formalizar itinerarios, caminos por los cuales miles de artistas solían pasar durante todo el año.
El primer circo moderno fue inaugurado por Philip Astley en Londres, Inglaterra el 9 de enero de 1768.
Los derechos humanos y derechos de los animales han sido una parte integral de la evolución reciente de los circos y las artes circenses en general.
Por ejemplo, las deformaciones o condiciones especiales en animales o en humanos, eran parte de un espectáculo mórbido que, peyorativamente, se refería como fenómenos. Un caso famoso fue el del «Hombre elefante». Aunque vetados en muchas partes del mundo, en algunas otras, estos espectáculos continúan en una forma separada y paralela a algunas ferias o carnavales.
Respecto a los derechos de los animales no humanos, son numerosas las ONGs de defensa de los derechos de los animales y colectivos sensibilizados en el tema, como el de veganos que critican duramente el trato que se le da a los animales que son -empleados en algunos circos. Por ello, hacen campaña para pedir a la gente que no vaya a circos en los que se haga uso de animales. En España, dicha polémica cobró protagonismo al denunciarse el estado de lo animales en el circo del domador Ángel Cristo.
También se denuncia que conductas que en muchos circos se ven habitualmente, como los animales enjaulados que no paran de vueltas o los elefantes que mueven la cabeza de lado a lado continuamente, son muestras del trastornos psicológicos, acarreados a estos animales por la vida en el circo. En países como Canadá, Suecia y Dinamarca, además de en diversas ciudades de otros, está prohibido por ello el uso de animales en los circos.
domingo, 14 de junio de 2009
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